Control previo a... conductores ebrios

Por: César Rodríguez Granados | “ALCOHOL, SICARIO IMPUNE EN LAS VÍAS”, --- firmado por Víctor Manuel Vargas ---,  con este titular la edición dominical (1-2) de EL TIEMPO llamó la atención de sus lectores, quienes hallaron  un formidable material informativo que pone de presente las tragedias provocadas por los conductores ebrios, a quienes se les acabará la dicha de la impunidad con un proyecto de ley que hace curso en la Cámara de Representantes y que permitirá ENCARCELAR a tales irresponsables, culpables de que: “Al menos cuatro colombianos mueran diariamente”, según afirma el Representante Roy Barreras, y los autores de tales tragedias queden sin castigo alguno.

Las cifras aportadas por EL TIEMPO frente a tamaño problema son escalofriantes: “Según el informe de “Forensis 2008” de Medicina Legal, conducir bajo los efectos del alcohol es responsable del 30 al 50 por ciento de los accidentes de tránsito que involucran muertes”, en Colombia, ”y del 15 al 35 por ciento de los relacionados con heridos graves”- Agrega, el periodista de EL TIEMPO: “Pese a lo anterior, la posibilidad de que el responsable de una o varias muertes por manejar ebrio vaya a la cárcel es prácticamente nula, porque en la mayoría de los casos se aplica la figura del homicidio culposo, es decir, involuntario y las personas suelen recibir penas que, tras la admisión de cargos, terminan siendo excarcelables”.

Si catorce personas mueren al día en Colombia por accidentes de tránsito, del 30 al 50%, de tal cifra corresponde a pérdida de vidas humanas, por culpa de conductores ebrios, personas que se acostumbraron a manejar en estado de beodez, seguramente por el alto porcentaje de impunidad que existe en Colombia en materia de control vial y a la permisividad de no pocos agentes de la autoridad encargados de la detección de los infractores.

SEMANA.COM del 24 de mayo, publica: “Por primera vez en Colombia se hizo un muestreo nacional de personas que van al timón después de haber consumido alcohol a cualquier hora del día y en cualquier día de la semana”.

“El sondeo fue hecho por el Fondo de Prevención Vial tras 18 semanas durante las que se hicieron pruebas a 1,2 millones de conductores a lo largo de todo el país. Finalmente, se encontraron más de 15 mil conductores embriagados mientras conducían sus vehículos”. “Para Francisco Fernández, director del Fondo de Prevención Vial, los resultados “nos lleva a concluir que de cada 200 personas que están manejando en este momento, tres han consumido alcohol”. La cifra parece menor, pero no lo es tanto si se tiene en cuenta que esos tres que manejan borrachos son los que producen una tercera parte de los accidentes mortales: de cada 100 conductores que mueren en accidentes de tránsito, 34 iban embriagados”.

Frente a esta tragedia familiar colombiana, confiamos en que la nueva Ley no se limite a aumentar las penas para quienes delincan sino a ordenar el establecimiento de un sistema operativo de control previo, --- redadas ---, para que quienes vayan a conducir cualquier clase de vehículo automotor no lo hagan bajo los efectos de la embriaguez.

La Policía Nacional puede y debe, a través de la nueva legislación, asumir ese control en todas las ciudades de Colombia, llegando oportunamente a los sitios donde se expendan licores: bailaderos, bares, cantinas, balnearios, bazares, canchas de tejo, etc., lugares en donde siempre es costumbre generalizada ver parqueados esperando a sus conductores: camiones, volquetes, automóviles, camperos, camionetas, etc., en las horas de la noche y hasta en la madrugada.

¿Qué explicación lógica tiene el hallar camiones y volquetes particulares frente a un expendio de licor a las nueve o diez de la noche? ¿Qué control a conductores embriagados existe en los parqueaderos nocturnos?

Bien vale la pena, inmovilizar tales vehículos en cooperación con las oficinas locales de tránsito y transportes mediante redadas de placas, cartas de propiedad y licencias de conducción antes de… y no como ocurre hasta ahora, después de… que los sucesos luctuosos afectan a familias de todos los estratos sociales.

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