Por: César Rodríguez Granados | Frente a la avalancha promocional de las celebraciones patrióticas que se ultiman para este 20 de julio, ya no sabemos a quién creerle en los medios masivos de comunicación, porque para unos el 20 de julio es el “Día de la Independencia” y para otros es el “Grito de la Independencia”.
Hasta donde sabemos lo ocurrido el 20 de julio de 1810 se conoce como “El Grito de Independencia”, que daría vida a una etapa nueva en la existencia de La Nueva Granada que se conoce con los nombres de “La Patria Boba” o “La Patria Niña”, experiencia que culminó en un mar de sangre criolla con la iniciación del “Régimen del Terror” o reconquista española del Virreinato de la Nueva Granada, a cargo del General Pablo Morillo, la cual se mantuvo a sangre y fuego con el Virrey Juan Sámano hasta el 7 de agosto de 1819, cuando se decretó LA INDEPENDENCIA definitiva de España, gracias a las victorias de las gloriosas batallas del Pantano de Vargas el 25 de Julio y del Puente de Boyacá el 7 de agosto de 1819.
Durante un lustro aproximadamente de 1814 a 1819, las fuerzas españolas reconquistaron para la corona el territorio de la Nueva Granada, tiñendo de sangre y luto a todas las regiones y con más ferocidad a aquellas que habían proclamado su independencia de España entre 1810 y 1814, grito de rebeldía e independencia que se asfixió en medio de enfrentamientos políticos y militares entre centralistas y federalistas criollos, situación de debilitamiento aprovechada por España, con “El Pacificador”, Pablo Morillo.
Nosotros como muchos colombianos, por no decir que la totalidad, rendimos un sentido homenaje póstumo de gratitud a los compatriotas que el 20 de julio de 1810 sembraron la semilla del sentimiento independentista que regaron con su propia sangre. Tal vez por inexperiencia o por ambición, no somos quién para juzgarlos, como simples observadores sabemos que sus sacrificios los malbarataron en una guerra intestina que los debilitó y les impidió hacer frente a las tropas españolas de la reconquista del Virreinato de la Nueva Granada.
El 23 de mayo de 1819, en la frontera araucana con Venezuela se iniciaba la campaña libertadora dirigida por el General Simón Bolívar, la cual en medio de grandes dificultades y sacrificios culminó en el Puente de Boyacá el 7 de agosto de 1819, con la derrota definitiva del poderío y gobierno realista.
Los hechos muestran que la INDEPENDENCIA se consiguió nueve años después del GRITO. Es decir, que el 20 fue el Grito y el 7 la Independencia que de manera incuestionable se vive en nuestros días, por lo que no se entiende por qué hay personajes que desconocen la importancia de lo ocurrido en 1819 y de hecho le niegan al General Simón Bolívar su título de Ciudadano, de Libertador y Padre de la Patria.
Nos deslumbra la fastuosidad de los desfiles del 20 de julio y nos deprime que el DIA DE LA INDEPENDENCIA el 7 de Agosto se haya convertido en el “Día del Ejército” celebrado por tropas de La Primera Brigada, de vez en cuando con la presencia de La Escuela Militar de Cadetes José María Córdoba, otras veces con la del Presidente de la República y sus ministros.
Puente de Boyacá excluido hasta del video que transmite la televisión colombiana y que, a lo mejor, se vuelve a incluir en el futuro por pedido del Gobernador de Boyacá, a quien le ha debido parecer más importante pedir que figure en TV nuestro Altar de la Patria, que construir vías decentes que conducen al Pantano de Vargas y que se incluya a los “Mártires de La Ramada” de Sogamoso, asesinados por las tropas de José María Barreiro, dentro de los sitios que componen la Ruta de Los Libertadores. Por lo menos a nosotros nos queda claro que el 20 FUE EL GRITO Y EL 7 LA INDEPENDENCIA.
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