Por: César Rodríguez Granados | En medio de la aparatosidad de la competencia electoral y en vísperas de que el pueblo colombiano elija, a través del voto libre y en conciencia, el nombre de los finalistas que resultarán del proceso de escoger al nuevo Presidente de la República en una primera etapa, bien podemos en Colombia sentir y pregonar el orgullo individual y colectivo de contar con esta pléyade de compatriotas dignos todos ellos de presidir el poder ejecutivo, durante los próximos cuatro años.
Ya quisieran otros pueblos de Latinoamérica poder mostrar cuantitativamente candidatos presidenciales de las calidades intelectuales y la personalidad de quienes hoy aspiran a suceder al doctor Álvaro Uribe Vélez en el manejo del Estado colombiano.
Desde luego, no faltará quien por rencor se sienta más orgulloso de contar con amigos de los “quilates” del bocón de Hugo Chávez Frías, de sus acólitos venezolanos: Juan Evo Morales Ayma de Bolivia, José Daniel Ortega Saavedra de Nicaragua, Rafael Vicente Correa Delgado del Ecuador y Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner de Argentina.
Los candidatos presidenciales colombianos, cada uno de ellos a su manera, han pregonado y explicado en detalle su visión de las soluciones a los problemas que con urgencia reclaman un remedio eficaz para lograr la buena salud de la Patria. Algunos de los remedios que formulan pueden ser genéricos y de efecto limitado, en tanto que otros por su fórmula magistral en lo social pueden ser los más apropiados para alcanzar la salud pública nacional.
Lástima grande que las cadenas privadas de la televisión nacional con más ambición de lograr jugosos dividendos publicitarios con la presentación de los candidatos presidenciales, en sus interminables “break off”, no les permitieron exponer con más detalle y profundidad sus respectivos programas de gobierno y hasta por lucir su “ingenio” algunos presentadores con su ya conocida cantilena lograron exacerbar aún más el ánimo pendenciero de los jefes de Estado de Venezuela y Ecuador.
Los colombianos habilitados para votar en esta ocasión son 29.983.279, y, en su decisión reposa la responsabilidad de elegir al mejor para que Colombia alcance las metas de desarrollo y progreso que todos y cada uno aspiran para el bienestar de la familia colombiana, para la prosperidad de las regiones naturales y para fortalecer la imagen positiva de nuestro país en la aldea universal. “Por muy alta que sea una colina siempre hay un sendero hacia su cima”.
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