Así lo afirmó este miércoles el ministro de salud de México, José Narro Robles durante su participación de la reunión de Alto Nivel sobre el VIH y el SIDA organizada por la Asamblea General de la ONU.
El encuentro convocó a numerosos ministros y autoridades de salud de la región latinoamericana y caribeña que expusieron sobre los esfuerzos nacionales en la materia y algunos de los obstáculos que persisten.
La falta de acceso universal a la salud es uno de ellos, dijo por su parte el ministro de salud de Cuba, Roberto Morales Ojeda, quien abogó por priorizar este aspecto frente a intereses materiales.
“Ninguna legislación, acuerdo, política o practica nacional o internacional debe limitar el acceso universal al mejor tratamiento disponible para las personas con VIH/SIDA. No resulta aceptable que el precio u otras motivaciones egoístas limiten el acceso universal a las personas que requieran el uso de dicho tratamiento”, dijo el alto funcionario.
En noviembre de 2015, Cuba se convirtió en el primer país del mundo en recibir la validación oficial de la Organización Mundial de la Salud que acredita que eliminó la transmisión de madre a hijo del VIH y de la sífilis.
Otro de los oradores fue el ministro de salud de Costa Rica. Fernando Llorca Castro, quien coincidió con la necesidad de eliminar el estigma y la discriminación asociada a la enfermedad y lamentó que persistan las barreras de atención a los grupos vulnerables.
La primera dama de Panamá, Lorena Castillo de Varela, embajadora especial de ONUSIDA para América Latina, presidió un evento paralelo sobre la financiación para esta causa. Allí subrayó la importancia de destinar recursos del presupuesto nacional a la respuesta para la enfermedad.
“El financiamiento de la mayoría de los programas dirigidos a atender las necesidades de las poblaciones claves ha sido fundamentalmente proveniente de fuentes internacionales. Necesitamos garantizar el financiamiento completo para la prevención tratamiento y atención para las personas que usan drogas inyectables, hombres gay y hombres que tienen sexo con hombres, trabajadoras sexuales, personas transgénero y prisioneros”, señaló.
La primera dama llamó a los donantes internacionales a apoyar a los países que no tienen la capacidad financiera para proveer una respuesta integral en la materia y señaló que para acabar con la epidemia se requerirá de una inversión de 26.000 millones de dólares de aquí al 2020.
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